Imagina que inviertes todos tus ahorros en proyecto de siembra sostenible de una persona en la que confías totalmente, pero que recién está empezando en este rubro. Cada mes le das dinero para los gastos operativos, pero nunca visitas el terreno. Luego de un tiempo no ves ni productos ni dinero. Preguntas cómo va todo, y te dice "todo bien", pero no te muestra nada. Pides ver el terreno, los frutos cosechados, las ventas, los libros contables, y te dicen que no te preocupes. ¿Qué harías? ¿Te preocuparías o confiarías?
La apuesta más grande
Cuando apostaste por tu Puma como independent learner en Tinkuy, invertiste en él como jardinero de su propio proyecto de siembra sostenible: para preparar su propio terreno, cuidar y cultivar sus aprendizajes y cosechar sus frutos.
Tú quieres creer en tu Puma, y confías en que aprenderá a aprovechar y apreciar el suelo fértil de sus propios talentos, a trabajar arduamente ante condiciones adversas que se le presenten, a resolver problemas, a sembrar cosas buenas, a sobreponerse de los fracasos y las malas cosechas, a volver a intentar, y a cosechar los frutos de la vida con honor y humildad.
Pero como inversionista principal en este proyecto, posiblemente el más valioso de tu vida, no te vas a quedar de brazos cruzados y tranquile sin saber cómo le va. Tendrías que preguntarle sobre la marcha, pedirle que te rinda cuentas, te muestre sus avances, sus productos. Si le preguntas qué tal su día, sus metas o su badge plan, y su respuesta es “bien”, pero no te muestra sus productos, sus resultados, sus procesos, ¿no deberías preocuparte?
La responsabilidad de cada quien
En Tinkuy los responsables de aprender y de hacer un trabajo de calidad son los Pumas, no sus guías ni su papá o mamá. Sin embargo, sus papás y mamás asumen el compromiso de interesarse por el progreso del Puma, celebrar su esfuerzo, sus logros y sus fracasos (como fuente de aprendizaje), alentarle con mentalidad de crecimiento, cultivar canales constantes de diálogo abierto donde su Puma se sienta empoderade, y ayudarles a reducir al mínimo las fuentes de distracción, así como combatir la victimización y la resistencia.
Es responsabilidad de papás y mamás, preguntarles a sus Pumas, regularmente, sobre el establecimiento de sus metas al comienzo de la semana; y hacer un seguimiento al final de la misma. Esta es una parte importante de su papel como papá o mamá de Tinkuy Marka. Cuando inician en Discovery, los Pumas se fijan metas diarias y pueden comentarlo en la tarde o al final del día, o al llegar a casa ver si es necesario preguntarle si ya reportó sus metas del día, para reforzar los buenos hábitos.
La conversación nunca debe orientarse a modo de fiscalización. Es útil que papás y mamás incorporen estas preguntas en su conversación cotidiana (no todas a la vez para que no se sienta como un interrogatorio): ¿Qué harías de manera diferente? ¿Sientes que tu trabajo esta semana (hoy) fue lo mejor que puedes hacer? ¿Qué cosas te distraen de tus objetivos y qué crees que puedes hacer para eliminarlas como obstáculos? ¿Dónde te sientes más desafiade? ¿Cuál fue tu mayor logro esta semana (hoy)? ¿Cuál fue tu mayor fracaso, y qué aprendiste de él? ¿Cuándo tuviste más energía? ¿Cuándo serviste de guía a alguien? ¿Quién te guió? Todes tienen una mala semana (mal día) de vez en cuando. ¿Hay algo de lo que necesites alejarte un rato para volver a empezar la próxima semana (mañana)?
Invertir el triángulo: del drama al empoderamiento
Les adultes debemos asumir un rol de alentar, no de perseguir ni de salvar. Debes invertir el “triángulo del drama”, en el que tu Puma es la víctima (“yo no puedo”, “no me sale”, “es muy difícil”, “soy así”, “nadie me ayuda”, “no sabía”, “es el peor día de mi vida”) y tú lo persigues para que cumpla o lo rescatas de las consecuencias de sus decisiones.
Respetándolo como creador de su propia siembra, oriéntalo en el oficio de la vida: ofrece tu presencia constante, predecible y amable, asegúrale que estarás a su lado pase lo que pase. Muestra curiosidad y escucha activamente, pregunta. No hagas ni resuelvas por tu Puma. Cuando ves que va a hacer algo difícil y necesita aliento, muéstrale que crees en él. Cuando veas que está atracado o desorientado, ofrécele opciones viables para que escoja.
Si ves que no está cumpliendo, que opta por la ruta fácil, la victimización, la distracción o la resistencia, que no te rinde cuentas, que no honra sus compromisos, desafíalo a superarse: establece y sostén límites claros y respeta las consecuencias naturales. Escucha activamente siempre. Ofrece opciones que sean aceptables para ti. Nunca pongas sobre la mesa opciones que luego no vas a sostener.
Puedes encontrar más información sobre el triángulo del drama y el triángulo del empoderamiento en este video animado y en el libro de David Emmerald: TED* El Empoderamiento Dinámico.