Por Adriana Seminario
“¿No crees que al desalentar las preguntas de los Pumas le ponen un límite a la curiosidad?”, me dijo una persona cercana. En ese momento respondí con confianza: “No, ¡al contrario!” pero quedó en mí una curiosidad a explorar esa idea, ese cuestionamiento.
Este trecho, hemos establecido un juego con los Pumas: por cada reunión a la que lleguen a tiempo, ganan un punto, pero pierden un punto si hacen una pregunta innecesaria a alguna de las guías. Para ganar deben llegar a 80 puntos en el transcurso del trecho (6 semanas). Este juego busca, activamente, desalentar las preguntas de los Pumas a las guías, pero en ningún momento busca desalentar la curiosidad y las ganas de encontrar respuestas a todas las interrogantes que les niñes tienen, naturalmente, sobre el mundo que les rodea.
Aquí les comparto algunas de las razones por las que estoy convencida de que, no responder preguntas y desalentar que se hagan preguntas a les adultes tienen el efecto contrario en les niñes y adolescentes de Tinkuy.
Primero, 3B before G. Tenemos un sistema que ayuda a los Pumas a evaluar que ya agotaron todas sus opciones antes de preguntarle a una guía:
Brains: Preguntarse a sí mismo por si ya conoce la respuesta y quiere usar la ruta fácil (que alguien se lo vuelva a decir).
Books: Buscar la información en otro lugar, por ejemplo, en libros, en el Tinkuy Journey, los carteles en las paredes, alguna ficha en tu pionner, google, el diccionario, etc.
Buddy: Preguntarle a une compañere de Studio.
Segundo, no responder preguntas no es lo mismo que desatender su curiosidad. Cuando un Puma pregunta algo lo miramos a los ojos y atendemos su inquietud pero, en lugar de ofrecerle la respuesta, le ofrecemos dos o más opciones para buscar soluciones por sí mismo. Por ejemplo: “¿Qué prefieres hacer: mirar el video que está en el challenge del app, o preguntarle a tu compañere que ya empezó a hacer el reto?” Esto, estoy convencida, les devuelve la sensación de que ellos son capaces, de que pueden y que todo está a solo unos pasos de ser conseguido.
Tercero, nos reconocemos fuente finita de información. Les adultes de Tinkuy somos expertes en algunas cosas pero no en todas. No somos todopoderoses, no tenemos todas las respuestas y reconocemos cuando así es. “No tengo esa información en este momento, es una gran pregunta.” Reconocemos cuando los Pumas nos sorprenden con sus preguntas, sabemos cuando nos equivocamos y aceptamos con humildad el error. Esto les devuelve a los Pumas la idea de que nadie es infalible, que el error y el reconocer que a veces no sabemos y que tenemos que preguntar, buscar, averiguar, es parte del Hero’s Journey de todes.
Cuarto, alentamos a los Pumas a buscar información en otras fuentes. Ofrecemos libros, diccionarios, enciclopedias, la infinidad de internet, etc. Y equipamos a los Pumas con criterios claros para saber discernir entre toda la información que tienen a la mano. Curamos fuentes de información en los Quests y Writers’ Workshops, debatimos sobre qué fuentes son confiables y cuáles no y establecemos criterios para hacer búsquedas seguras. Esto, les devuelve a los Pumas la idea de que ellos son capaces de encontrar las respuestas que están buscando, y que no necesitan esperar a que alguien se las dé, tienen los recursos, brains, books, buddies, para hacerlo. Se descubren competentes. Eso es muy poderoso.
Finalmente, alentamos el trabajo colaborativo. “¿Ya le preguntaste a otro Puma?” se ha vuelto un mantra en el Studio. “Asegúrate de preguntarle a todos antes de preguntarle a Adriana” le dice un Puma a otro cuando hay una duda por resolver. Los Pumas se apoyan entre sí, se miran con complicidad para detenerse antes de hacer una pregunta, se exigen respuestas claras, mirarse a los ojos para poder entenderse, incluso se recuerdan que parte de sus promesas es ser amable y ayudar a sus compañeres. Y esto, estoy segura, les devuelve la idea de que no están soles; de que este es un camino compartido y de reciprocidad.
Aprender en un Studio que no tiene adultes que lo saben todo pero acogen las dudas, que miran con honestidad, que conectan y que devuelven la responsabilidad de su educación a les niñes es un reto, como explicaba Rosi la semana pasada. Les adultes, muchas veces, tenemos que batallar con nosotres mismes para no dar respuestas, tenemos que ayudarnos mutuamente (gracias a Ale por siempre recordarme que ninguna respuesta es ninguna) y tenemos que vencer al monstruo del ego que dice y repite “yo lo puedo hacer mejor”, “yo sé una mejor forma de hacerlo”, “me toma un segundo darle la respuesta”. Porque cuando logramos vencer y damos respuestas socráticas, ofreciendo opciones, entregamos mucho más que una respuesta, entregamos una herramienta que realmente los prepara para la vida.
Los Pumas son el centro del nuestro quehacer diario, así lo hemos prometido y lo reafirmamos cada día cuando no les damos el camino fácil, aunque se enojen con nosotras. Vamos a seguir en ello y estoy segura que su curiosidad solo se verá incrementada, que sus ojos curiosos solo se seguirán abriendo y brillando ante el orgullo de solucionar elles mismes y con sus compañeres, los problemas más retadores.