Por Rosa Torres
¿Te imaginas qué hubiera sucedido si Atahualpa ganaba la batalla contra Pizarro? En el juego, esto es posible. Estamos en el Quest “Colonial Tinkuy” y los Sparks resignifican la conquista y la colonia a través de su mirada, invitándonos a pensar la historia desde otra perspectiva.
Es día de Quest y los Pumas tuvieron como primer reto encontrar pistas sobre los Incas en diferentes espacios de Tinkuy: personajes, lugares del Imperio Incaico, alimentos y dioses Incas. Las pistas encontradas son una invitación a identificar qué elementos se mantienen hasta la actualidad. Los Pumas descubren que la papa, el maíz y la quinua, que son alimentos con los que han crecido, ya eran cultivados por los Incas; también han visitado algunos lugares en sus viajes a Cusco o Cajamarca, regiones que resaltan en la historia incaica.
Luego de dialogar sobre esto, los Pumas empiezan a hacerse preguntas. Por ejemplo, Catalina pregunta: “¿y dónde están los Incas ahora?”. La tribu le responde: “ya se murieron, Cata”. “¿Por qué se murieron?”, responde ella. Y entonces los Pumas empiezan a relatar lo que saben o han oído sobre esta época de nuestra historia. “Porque vinieron los españoles y ellos ganaron”, le explican. El rostro de Catalina luce confundido. No puede creer que ya no existan los Incas.
Por su parte, Isadora observa una imagen de Don José de San Martín cuando declaró la independencia y la compara con la imagen de los Incas y un Kero: “¿Por qué se empezaron a vestir así los Incas?”, pregunta a la tribu. “¿Con botas, camisas, trajes…? Antes se vestían con telas y ropa colorida. ¿Por qué cambiaron?”. Los Pumas responden: “porque son momentos diferentes, Isadora”. La guía entonces interviene: “podemos responder esa pregunta a lo largo del Quest”.
En otro momento del Quest, durante el launch, se les muestra a los Pumas personajes Incas y españoles de la época en la que inicia el Virreinato. De esta forma, emprenden un viaje en el tiempo hacia esa época. Haciendo uso de la metodología del “Make-believe playtime” (estrategia de juego de roles implementado, en este caso, con materiales no estructurados), cada Puma asume el rol de uno de los personajes mostrados. Los Pumas se ponen de acuerdo, y entonces, ¡luces, cámara, acción!
Es así como Catalina decide ser Francisco Pizarro; los dos Gonzalos integran el ejército español; Vicentte es el Rey Carlos I; Alonso es Atahualpa y Emilia e Isa, son guerreros Incas. Lara es la tesorera de los españoles y le “roba” el dinero a la “cuidadora” de los Incas, Alejandra.
En el juego de los Pumas, la ruta de la historia cambió radicalmente: Pizarro (Catalina) no quería la guerra, quería la paz. Atahualpa (Alonso) peleó con Carlos I (Vicentte) como si fuera una batalla de Star Wars, y sus ejércitos jugaban a las chapadas entre ellos. Todo era risa. La tesorera (Lara) le pedía a la cuidadora (Alejandra) que le dé todo el oro en cajas: “Alejandra, dame todo el oro, por favor”, le dice. Alejandra le respondió con mucha calma: “No, es de los Incas”. “Dame uno al menos”, le dijo Lara, a lo que Alejandra accedió. Entre ellas compartieron el oro (que era representado a través de flores artificiales) y finalmente, en el juego, los Incas derrotaron a los Españoles y se fueron a tomar agua.
Luego del juego, los Pumas regresaron al 2023 en la máquina del tiempo y recrearon, a través del lenguaje gráfico, al personaje que interpretaron. Dicen sentirse muy contentos.
Los Pumas han mostrado mucha curiosidad por la historia peruana. Se preguntan por qué se pone la bandera del Perú en los edificios, en este mes en particular. Se preguntan por qué seguimos comiendo papa y choclo, y usando palabras en quechua. Las preguntas son tantas, que se va reconociendo el sentido de identidad en la tribu. Identidad que se refleja en las preguntas y en las respuestas que intercambian. Identidad, al saber que hay costumbres que perduran en el tiempo, y otras que van desapareciendo. Identidad que va de la mano con el sentido de pertenencia y de cómo ellos lo van construyendo desde su hogar, desde su entorno. Identidad que no es ponerse una mano en el pecho y cantar el himno nacional (solamente), pero que sí les permite saber cómo se sienten ellos en la historia que van construyendo hoy. Definitivamente, existen otras formas de representar la historia.
Lo cierto es que todo esto me dejó pensando: si pudieras cambiar la historia de nuestro país, ¿qué época elegirías y cómo la cambiarías?