Por Yassira Huarcaya
La autogobernanza del studio ha ido cambiando, con avances y retrocesos. Hay Pumas que recurren a nosotras cuando sienten que otre no les escucha. Les recordamos sus opciones: dar un warning, llevar a una mesa de la paz o invitar al cartel de la calma. Casi siempre, luego de ese recordatorio, toman una decisión y logran resolver la situación. En otras ocasiones, nos dicen: “no está haciendo studio maintenance, Yass, le voy a pedir una gema”. Entendemos claramente que la mayor parte del tiempo los Pumas de Spark saben qué pueden hacer, pero a veces les gana la necesidad de contarle a las guías lo que ocurre.
Durante el studio maintenance, las guías nos encontramos de espectadoras. Pero nuestra presencia resulta tentadora para acusarse entre sí y decir en voz alta lo que un Puma hace o no hace. Lo usual es que el Puma in charge elija una bomba de diez minutos en Youtube. Así cada Puma limpia el espacio que le corresponde y cuando termina, puede venir a ver la bomba explotar. Luego le encargade va por todos los espacios para hacer un control de calidad. Si el espacio no está limpio, llama a los Pumas correspondientes para que terminen bien su trabajo. Finalmente, las guías apagamos la TV y cerramos las puertas del mueble para invitarlos a sus talleres o Mini Quest, dependiendo del día. Mientras esto ocurre, las guías observamos sin intervenir. Sin embargo, coincidimos en que nuestro silencio no es suficiente, y que lo mejor sería dejarlos solos; pero claro, con aviso previo y lugar exacto dónde encontrarnos.
Hace unos días, dejamos a la encargada con el control de la TV y le dijimos: “cuando acabe la bomba, apagas la TV; cierras las puertas del mueble y chequeas que todo esté ordenado. Ya venimos. Tenemos una reunión”. Los Pumas nos quedaron mirando y empezaron las preguntas: “¿y si alguien no limpia?”; a lo que respondimos: “Estamos seguras de que ustedes sabrán qué hacer”. Preguntaron: “¿y si alguien pone otra bomba?”. Repetimos la misma respuesta: “estamos seguras de que ustedes sabrán qué hacer”. Solo agregamos: “si sucede algo muy grave, nos llaman. Estaremos en la oficina con Inés”, y nos fuimos.
Una vez con Inés, le contamos nuestra hazaña, y mientras conversábamos con ella, escuchaba las voces y risas de los Pumas, pero no podía ver lo que sucedía. Sentí la necesidad de coger mi teléfono y ver por la cámara qué es lo que estaban haciendo. “Wow”, pensé, “esto deben sentir sus familias cuando no ven lo que hacen sus Pumas, solo que a la millonésima potencia”. Decidimos, entonces, mirarles por la cámara para ver qué hacían. La escena con la que nos encontramos era hermosa. Los Pumas estaban sentados esperando a que la bomba termine. Emilia llamó a Cata y a Gonzalo para que recojan papeles que habían quedado en el jardín. En una esquina, vimos a Ale. Lara y Juli le ponían hielo. Mi primera reacción fue pararme para ver qué había sucedido, pero recordé que les dije que si algo grave sucedía, nos llamen. “Entonces no debe ser grave”, me dijo Inés; “creo que no”, respondí. Después vi cómo Emi se acercaba para chequear a Ale, y vi que Juli también se ponía el hielo mientras todes reían. Habían puesto la “bomba de los huevitos de pascua”, una bomba característica del studio, con un final divertido (spoiler alert: los huevitos bailan al final). Entonces, les escuchamos reír, señal que la bomba había terminado. Ingresamos al studio y Vicentte se acercó a contarnos que mientras él salía, Ale entraba, y se chocaron; pero que le trajo hielo y Ale prefirió estar con Lara y Juli. Todo estaba limpio y ordenado; la TV estaba apagada y las puertas del mueble cerradas. Les dimos un Character Call Out a todes, y desde entonces, cuando llega el momento de studio maintenance, los Pumas tienen el “control”.