Esta primera semana ha sido muy emocionante, de mucho compartir y descubrir. Los seis chicos y chicas del Studio Discovery han hecho de todo: han empezado a conocerse los unos a los otros, a descubrir cómo funciona esta nueva autonomía que Tinkuy les ofrece -y los sistemas que la rigen-, así como sus límites y las dificultades que esta implica.
Han empezado a familiarizarse con los softwares con los que van a trabajar sus Core Skills. Para registrar sus usuarios batallaron un poco, pero pronto se empezaron a ayudar unos a otros cuando descubrían cómo hacerlo. Ya se han puesto dedos a la obra con el uso de estos programas ¡Están fascinados con Prodigy! Además, en el Writers Workshop están iniciando la aventura de descubrir el poeta escondido, y en otros casos no tan escondido, que llevan dentro.
Como parte del Quest de Build the Tribe, han tenido discusiones y actividades para construir los sistemas con los que van a gobernarse, demarcando sus libertades y responsabilidades consigo mismos y para con el resto del Studio. Un hito muy importante es la firma del Código de Honor, requisito para formar parte de esta tribu.
Estos primeros días han oscilado entre regularse a sí mismos y a sus compañeros, avanzar bien su trabajo y cumplir las metas que se propusieron, y dejarse llevar por el juego y la distracción. Todo esto acompañado de mucha reflexión y diversas propuestas de cómo seguir mejorando día a día, tanto individual como grupalmente.
Compartieron muchas risas y alguno derramó alguna lágrima de frustración, pero lo más importante es que van encontrando su propio ritmo y aprendiendo a encontrar el balance entre libertad y autonomía y responsabilidad. Con certeza seguirán habiendo altos y bajos, pero lo importante es que cada uno vaya forjando su propio camino, su propio viaje de héroe.