Por Yassira Huarcaya
Es un día cualquiera en el studio Spark. Iniciamos la mañana con un círculo de bienvenida, donde nos saludamos, recordamos el día y se escogen algunas responsabilidades. Luego los Pumas revisan sus metas y se van a trabajar en sus gemas.
Se acerca un Puma y me pide una Mesa de la Paz con otro Puma. Para fines de la historia los llamaremos Puma A y Puma B.
Puma A: “Yass necesito hacer una mesa de la paz con Puma B”.
Yass: “Ok, ¿necesitan que una de nosotras esté?”.
Puma A: “Mmm… creo que sí, pero Rosi está al otro lado, le diré”.
Yass: “Dale, lleva lo que necesites”.
Durante la Mesa de la Paz, Rosi los acompaña y escucha la conversación.
Puma A: “No me gustó cuando me golpeaste con esa piedra”.
Puma B: “Yo no te golpeé, yo no lancé la piedra, fue el aire”.
Puma A: “No puede ser el aire porque la piedra pesa mucho”.
Puma B: “No, no fue a la piedra, fue mi mano, el aire empujó mi mano”.
Puma A: “El aire no puede empujar tu mano, tu me lanzaste la piedra”.
Puma B: “No, es que…”.
Puma A: “Es que no es posible que el aire haya hecho nada de lo que dices, tú fuiste quien me lanzó la piedra”.
Puma B: “Sí, yo lancé la piedra, solo que no quería lanzarla hacia ti, sino hacia el árbol”.
Puma A: “Bueno, pero entonces sí la lanzaste”.
Puma B: “Sí…”
Puma A: “Ya no lo hagas”.
Puma B: “Está bien”.
Rosi me cuenta sobre esta conversación, nos preguntamos por qué se vienen dando estas situaciones. Nos hicimos muchas preguntas en esos minutos que empezamos a discutir sobre el tema.
¿Deberíamos llevarlo al grupo?
¿Agregar “no lanzar piedras” es necesario? ¿o sería excesivo?
Si solo uno lanza una piedra, ¿deberíamos crear una nueva regla para todes?
De repente podemos ofrecerle a Puma A que aplique alguna consecuencia, pero si no estaba previamente establecida ¿sería más un “castigo” y muy dirigido por el adulto?
Ya, pero ¿cómo hacemos para que esto no vuelva a pasar?, quizás solo esperamos y observamos si funciona o no.
Estas preguntas y escenarios son nuestro pan de cada día. Nos cuestionamos, planteamos y replanteamos antes de proponer un cambio. Siempre que tenemos dudas, volvemos a la Tribu. Esta vez decidimos también plantear las preguntas a los Pumas durante el Close (el momento de despedida).
Entonces, les dijimos que teníamos una duda sobre una situación. Pero antes de que empecemos a contarles, preguntamos si alguien deseaba dar algún Character Call-Out. Puma A levanta la mano y nos dice que sí, que él desea hacerlo. Se paró en medio del grupo y nos dijo “Le doy un Character Call-Out a Puma B por ser valiente y admitir que me lanzó la piedra, yo a eso le llamo valentía”. Firmó su Character Call-Out y se lo entregó a Puma B. Rosi y yo nos miramos, y sé que ambas pensamos, de manera simultánea, “callémonos”. Los Pumas nos observaron y nos preguntaron “¿qué nos iban a decir?”, así que mencionamos algo sobre la fiesta de agua de fin de trecho, pero que podía esperar a más adelante. Contamos el cuento y nos despedimos.
Siento que en muchas ocasiones nuestra intervención prematura podría entorpecer el proceso. A veces creemos que es extremadamente necesario para evitar accidentes o algo peor, el anticiparnos y establecer límites, reglas y acuerdos. Pero siempre llega un Puma que nos recuerda praise the good, trust the process.